sábado, 24 de julio de 2010

Aprendiendo de las perdidas...

Es increíble como pasa el tiempo... desde que murió Gilberto he sentido cada vez más el fin de varías cosas de mi vida... Gilberto significo el último eslabón que me unía a mi anterior relación... pero había olvidado que Fosco se quedó con él. Que algunas conversaciones giraban en torno a ese perrito que por una cosa o otra, había tenido una vida tan sin suerte y que , según yo, conmigo había encontrado años de tranquilidad y amor. Así que ya son tres perros que se van de la vida. Gilberto, Quetoli, y ahora Fosco... Me asusta que Libertad toma la decisión de irse, no me gustaría que fuera en estos tiempos que he tenido tantas perdidas y enfrentamientos con la realidad que es VIVIR con una enfermedad como la que tengo, que sin duda me ha puesto a pensar en lo que verdaderamente es importante en la vida. Estas perdidas han sido muy significativas para mi, pero... los ciclos se cierran y es parte de vivir aceptar que se hayan cerrado. Afortunadamente me siento tranquilo de saber que ellos tuvieron buena vida junto a mi, junto a Víctor y a Salvador en el caso de Quetoli. Aprendí mucho de ellos y de cada etapa que vivimos juntos. Ahora Libertad sigue siendo la matriarca de este linaje que son mis perros y la sobre viviente... sigue dominando, demandando y haciéndose presente en mi vida y en cada uno de mis cuadros. Es también el eje de muchas cosas de las que hago, su nombre ha representado una forma de ver mi vida... Ya tengo edad para aceptar bien todo esto y así será.

Mis perros son importantes, su compañía es muy importante... me dan tanta seguridad y compañía... sigo soñando con hacer un viaje, muy largo con ellos de nuevo. Y parece que este fin de año podré irme al menos un mes a la playa... quiero que Libertad disfrute el mar de nuevo y que Uma lo conozca, que corra sobre la arena, que sienta el aire en su piel.

Quiero ver de nuevo los ojos de Dios parados frente al mar

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