Más de una vez me han dicho qué ¿cómo puedo querer tanto a mis perros?... ¿Cómo es que les doy pollo todos los días habiendo tantos niños sin comer?... y a veces lograron hacerme sentir mal, sin embargo... cuando calladamente contemplo cómo ellos pueden prodigar tanto amor y dedicación entre ellos mismos y cómo me dan esa serenidad que necesito con sólo mirar sus ojos... no puedo pensar otra cosa que darles ese amor y dedicación que se merecen por el sólo hecho de ser animales indefensos a merced de la buena voluntad de los seres humanos. Porque... ¿cual es el habitad natural de los perros? o ¿a caso, no históricamente nos hemos dedicado a tenerlos cerca de nosotros? Claro que una pequeña cosa puede hacer un cambio mayor,; como cuidar de una planta en casa, limpiar un jardín, quitar la basura de las calles, aromatizar mi espacio con incienso... amar a mis perras, eso... hace un cambio en mi entorno y en algo repercutirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario