lunes, 21 de noviembre de 2011

Mi Libertad... y Uma atenta.

Sigo viendo como poco a poco, la salud de Libertad se va mermando... a veces la veo muy cansada, otras no tanto, le cuesta trabajo levantarse, caminar, despertar. Cuando sube las escaleras después de venir del parque, me mata verla qué a penas puede... sólo me pongo detrás de ella para qué sienta seguridad, pero dejo qué ella misma lo haga. Veo que su espíritu de búsqueda no lo ha perdido, pues en el parque husmea, y busca... pero camina tan lento qué siempre estoy regañando a Uma por correr. Pobre Uma... ella tan joven y vital. pero estoy seguro qué lo entiende. A veces veo como le lame los ojos, y Liber se deja.
Libertad pasa muchas horas sentada junto a mi cuando escribo en mi lap, cuando estoy dibujando, cuando pinto, y cuando duermo... por las mañanas veo como me mira, cuando despierta antes qué yo y decido levantarme tarde. Saca su cabeza, busca la luz de la ventana, suspira y se echa por encima de Uma y mio... Levanta el rabillo del ojo, me mira... y contempla la luz de la ventana. A veces sólo estiro mi mano y le acaricio la cabeza, dormimos. No quiero decidir nada sobre su vida... pero no quiero verla cansada, no lo soporto, me cuesta trabajo verla así, cuando ella era la más inquieta y destructora de los perros que he tenido en toda mi vida. Ahora mismo la tengo junto a mi, sentada, con la cabeza baja, dormitando, le llamo y no me escucha... ya no oye, me parte el alma.

Estoy dibujando una pieza muy grande, habla de mi, de la fragilidad... de mi mundo interno y mis fantasías... y las quiero ahí, en ese cuadro, a las dos. Libertad simbólicamente estará contemplando el revoloteo de unos pájaros junto con Uma, rondándome.

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